Madrileños, gallegos, asturianos, Las Palmas B y Melilla se perfilan como los próximos rivales del Atlético Baleares, Ibiza y Peña Deportiva. Sólo falta la confirmación de la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol, que salvo un giro inesperado de los acontecimiento votará el próximo miércoles día 10 la propuesta de reorganización formulada por la comisión de Segunda División B, que ha oprtado por el traslado de los equipos de las Islas al Grupo I junto a otros conjuntos considerados periféricos.
Algo más de 2.000 kilómetros tendrá que recorrer el Atlètic para jugar el partido que le enfrente al filial de Las Palmas o 1.000 para enfrentarse al Coruxo, pero los integrantes de la comisión de Segunda B han modificado el mapa de la categoría de bronce con la intención de no separar a conjuntos de la misma autonomía y la viabilidad de las conexiones. Las gestiones realizadas con los clubes y las territoriales han resultado positivas, por lo que todo apunta a un cambio radical de adversarios.
No es la primera vez que los equipos de las Islas se ven obligados a jugar lejos de su hábitat natural los últimos 15 años. Al Mallorca B le tocó jugar en el Grupo I tanto en la temporada 2004-05 como en la 1996-97 e incluso llegó a medirse con murcianos, andaluces y extremeños en el Grupo IV en el curso 2001-02. El ATB, en cambio, siempre ha convivido con catalanes y valencianos cuando ha militado en Segunda B.
La reorganización responde al superávit de equipos en el Grupo III. Al hecho de que no se han producido ascensos a Segunda hay que sumarle los descensos del Nàstic y el Reus y el ingreso desde Tercera de la Peña, La Nucía, el Orihuela, el Prat y el Llagostera. El Ibiza, que militaba en el grupo cuatro tras comprar la plaza del Lorca, tenía que reubicarse elevando a 23 la lista de participantes en el grupo tercero. La solución ideada es desplazar a los tres conjuntos de Balears y mantener juntos a catalanes, valencianos y aragoneses.
Entre los cuatro gallegos, cuatro asturianos, siete madrileños y los considerados periféricos (Balears, Melilla y Las Palmas B) también resalta la presencia de siete equipos filiales, entre ellos, dos de los siempre aspirantes a subir a Segunda División como el Real Madrid Castilla o el Atlético de Madrid B, en cuyas plantillas figurarán algunos de los futbolistas más prometedores del panorama nacional.