El proyecto de la Ciudad Deportiva del Atlètic Balears se adentra a partir de hoy en un tramo decisivo una vez que Cort le dará luz verde aprobando el cambio de uso -de rústico a interés general-. Los trámites culminarán en el Consell de Mallorca para dar forma a dos años de trabajo que podrían traducirse en los primeros movimientos de obra a finales de 2014.
Los reponsables del proyecto, encabezados por el arquitecto Pedro Barceló Bauzá, visitaron ayer los terrenos que se encuentran en la carretera de Valldemossa entre el Hospital de Son Espases y la rotonda de acceso a Son Sardina.
«El alma de la ciudad deportiva es la zona verde y los campos y no la edificación. Se destina casi el 20% de la superficie a parques, mientras que la edificación, como es habitual en zona agrícola, no alcanza al 2% para ofrecer los servicios que se consideran básicos. Todo está proyectado desde un punto de vista ecológico y minimizando al máximo el impacto y optimizando el uso de las energías», detalla Pedro Barceló.
El arquitecto también resalta que la situación de la ciudad deportiva es «buenísima». «La instalación es accesible porque no tenía sentido realizar un recinto de estas características lejos de Palma y, al mismo tiempo, está muy bien conectada», explica Barceló, que comenta que el terreno no ha presentado complicaciones a la hora de desarrollar el proyecto y que ha tenido en cuenta la necesidad de tener un impacto mínimo sobre la circulación.
Otro de los aspectos que se han tenido en cuenta en el proyecto es la situación cercana a un núcleo de viviendas. «Hemos retirado los edificios de las casas para no crear problemas», comenta el arquitecto, que también valora que la zona de aparcamiento ejercerá en gran medida de separación entre las viviendas y los terenos de juego.
La nueva casa blanquiazul prevé convertirse en el centro de operaciones de las categorías inferiores, pero este proyecto es independiente de los trabajos de remodelación que planea la Procampo para el Estadi Balear tras ser clausurado por el Ajuntament de Palma.
«El alma del proyecto son las zonas verdes y todo desde un punto de vista ecológico»
Pedro Barceló sobre el espíritu del recinto